Presidenta Bachelet: “La búsqueda de relaciones equitativas y justas entre hombres y mujeres debe ser una prioridad de los Estados”
Hasta la Sala Bicameral del Palacio Legislativo de Paraguay llegó la Jefa de Estado, Michelle Bachelet, para ofrecer una conferencia sobre “El empoderamiento de la mujer y el impacto sobre el desarrollo”, donde expuso sobre los desafíos que afrontan nuestras sociedades y democracias en materia de equidad de género.
En su intervención, nuestra máxima autoridad indicó que pese a los adelantos, la brecha entre hombres y mujeres persiste e incluso se acrecienta en algunas áreas. Al respecto, entregó algunas cifras que evidencian esta situación, como por ejemplo que si bien en las últimas décadas el hambre y la pobreza han disminuido en nuestra región, la femenina ha aumentado y por cada 100 hombres que viven en la pobreza, hay 117 mujeres en las mismas condiciones; que de los 770 millones de analfabetos que hay en el mundo, cerca de 513 millones son mujeres; que a pesar de la alta presencia femenina en campos como la educación, la salud, las humanidades y el arte, ésta disminuye significativamente en las ciencias exactas o la ingeniería, lo cual repercute directamente en las brechas salariales y en pensiones inferiores.
Respecto a nuestro país, señaló que apenas el 2% de los puestos de alta dirección en las empresas del sector privado son ocupados por mujeres; que la tasa de ocupación femenina alcanza el 45%, por debajo de buena parte de los países de América Latina; y que la participación en ambas cámaras del Congreso llega a un escaso 16%.
“No vamos a poder avanzar hacia el desarrollo económico e institucional si no resolvemos al mismo tiempo los profundos desequilibrios que nos dividen. La inequidad es el más poderoso freno al desarrollo. Por eso que la búsqueda de mayor igualdad, de mayor inclusión, es uno los mayores desafíos que enfrentan las sociedades y las democracias contemporáneas. Esta necesidad es evidentemente pertinente cuando estamos hablando de la interacción entre las dos mitades de la humanidad, entre hombres y mujeres”, subrayó la Mandataria.
En esta misma línea, añadió que “la equidad de género es, sin duda, un imperativo ético, es un deber moral. Pero también es, como muestra la evidencia, un imperativo político y estratégico: Es una condición esencial para el desarrollo económico y el fortalecimiento de nuestros sistemas democráticos. La búsqueda de relaciones equitativas y justas entre hombres y mujeres debe ser una prioridad de los Estados alrededor del mundo y especialmente de los latinoamericanos”.
La Jefa de Estado manifestó que su Gobierno está trabajando para cerrar las brechas de género y avanzar hacia la construcción de un país más equitativo. Para ello, explicó que se están impulsado una serie de políticas que apuntan a empoderar a las mujeres, garantizar sus derechos y promover su participación en todos los ámbitos de la sociedad, como por ejemplo la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género o el aumento de las Casas de Acogida y los Centros de la Mujer, para dar protección efectiva a las víctimas de la violencia de género; la reforma al sistema electoral que incluyó una Ley de cuotas para promover la participación femenina en las contiendas electorales legislativas y que permitirá asegurar que al menos el 40% de quienes postulen al Congreso sean mujeres. Además, contempla sanciones drásticas en caso que no cumplan la norma e incentivos económicos para los partidos de las candidatas que resulten electas, entre otras.
“Es indispensable que más mujeres tengan voz, que lideren los procesos de cambio e inspiren con su actuar a las nuevas generaciones de chilenas y paraguayas. Porque a medida que más mujeres estemos presentes en los espacios de poder, en los gobiernos, legislaturas, judicaturas, en la toma de decisiones de las empresas públicas y privadas, más posibilidades tendremos de transformar las instituciones formales, como las leyes, y también las informales, como las costumbres”, afirmó.
Finalmente, la Presidenta Bachelet hizo un llamado a la acción e indicó que “si queremos que nuestros pueblos sean más prósperos, que nuestras sociedades sean más justas, y nuestras democracias más sólidas y legítimas tenemos que apostar por la inclusión – de todo tipo-, por la equidad, y por la participación política de la mujer. Estoy segura que si ese es el caso, sabremos estar a la altura de los desafíos que tenemos Chile y Paraguay”.