En el Día Internacional de la Luna conozca los datos más sorprendentes de nuestro satélite natural
Aparte de su evidente belleza, y de ser fuente de inspiración para millones de personas, el cuerpo celeste cumple un rol clave para la Tierra, a tal punto que la vida sería casi imposible sin su presencia.
Este miércoles 20 de julio se celebra el Día Internacional de la Luna, una fecha que deberíamos celebrar todos los habitantes de la Tierra, ya que el cuerpo celeste cumple un papel clave para la vida en nuestro planeta.
Su papel es tan relevante que si de un día para otro no la tuviéramos, aparte de tener noches extremadamente oscuras, habría que olvidarse de los eclipses. Y bueno, eso quizás no suene tan complicado para nuestra existencia, sin embargo, hay otras situaciones extremadamente graves que provocaría la ausencia de la Luna, las que incluso pondrían en vilo la existencia humana.
Lo más importante, es su gran influencia en las mareas de la Tierra. Y es que sin nuestro satélite, las mareas altas y bajas se reducirían aproximadamente un 75%, algo que pondría en peligro la vida de muchos tipos de especies marinas, y alteraría dichos ecosistemas.
En general, las mareas serían casi tan pequeñas como las que se generan en un lago y el único “tirón” que sentirían sería el del Sol, que prácticamente no generaría ningún efecto.
Según cálculos que han realizado científicos, sin la Luna, los días en nuestro planeta solo durarían de seis a doce horas, esto porque nuestro satélite ralentiza la rotación de la Tierra, y sin ella ya no existiría este “freno”.
Además, podríamos tener grandes cambios climáticos, con áreas que se calentarían y luego pasarían a largas edades de hielo. Junto con ello habría viento mucho más fuerte.
Otros datos curiosos
La Luna, por supuesto, tiene una serie de particularidades, así por ejemplo, tiene el título de ser el quinto satélite más grande del sistema solar, con un diámetro ecuatorial de 3.476 km.
Además, cada año, la Luna se aleja aproximadamente a un ritmo de 3,78 centímetros de la Tierra. Cuando se formó, estaba casi 16 veces más cerca de la Tierra de lo que está hoy.
Cabe destacar que la superficie de la Luna es más pequeña que Asia, y tiene solo una sexta parte de la aceleración de gravedad de la Tierra. Así, una persona que pesa 45 kilos, en la Luna pesaría 7,5 kilos.
En cuanto a sus temperaturas, estas pueden llegar a oscilar entre los -233° y los 123°.
Otro dato llamativo es que ha llegado más gente a la Luna que a las profundidades de los océanos y la última persona en pisarla fue el astronauta norteamericano del Apolo 17, Eugene Cernan, en 1972.
Por ahora, es imposible viajar a ella sin un traje espacial, ya que no posee atmósfera. Además, sin éste, la sangre hierve instantáneamente, nada muy agradable.