4 DE AGOSTO DE 2015

Jefa de Estado en velatorio de Margot Loyola: “Le debemos el rescate de danzas que se creían extinguidas, de ritmos y melodías y tradiciones de nuestros pueblos originarios”

La Mandataria destacó el aporte a la cultura, el folclor y la identidad nacional de la cantautora, que falleció la tarde de ayer, a los 96 años.

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La Presidenta de la República, Michelle Bachelet, asistió esta tarde al velorio de Margot Loyola, destacada folclorista, compositora, guitarrista, pianista, recopiladora e investigadora del folclore chileno y Premio Nacional de Artes Musicales (1994), que se realiza en el Centro Cultural Palacio de La Moneda.

Al hacer uso de la palabra, la máxima autoridad señaló que: “Hoy es un día triste para todos nosotros, para los que conocimos y valoramos a esa tremenda mujer que fue Margot Loyola: su talento, su personalidad, su obra, su legado. Es un día triste para mí, no sólo en mi condición de Presidenta de Chile, sino también como una mujer que conoció y apreció la calidez, la sonrisa, la sabiduría de Margot”.

Asimismo, recordó las instancias en que compartió con la folclorista y agradeció su cercanía, cariño y las oportunidades que tuvieron de conversar. “Ya he hablado del regalo que me hizo y que llevo siempre conmigo. Que tiene que ver también con aquello que conversamos en su cumpleaños número 95, en su casa en La Reina, cuando ella me hablaba de los pueblos originarios, cuando me cantó una canción mapuche y me regaló este anillo, que es un cultrún y que adentro tiene un cascabel, y que suena para las buenas vibras”, indicó.

La Mandataria subrayó que “Margot Loyola y las mujeres de su generación, – como Violeta Parra-, se lanzaron a los caminos para rescatar el canto campesino chileno, para poner en el centro de nuestra identidad a esas mujeres y hombres que mantenían vivas la cueca, la tonada, los versos por ponderación, los bailes antiguos, parte central de nuestra historia y de nuestra vida como nación”.

En este sentido, destacó que a ella “le debemos el rescate de danzas que se creían extinguidas, de ritmos y melodías y tradiciones de nuestros pueblos originarios, desde el altiplano nortino a Rapa Nui, desde Chiloé al Valle Central. A Margot le debemos discos imprescindibles, notas inolvidables, y la manera en que supo trasmitir a las nuevas generaciones el amor por lo nuestro”.

Finalmente, afirmó que su legado no desaparece tras su muerte y que “aunque su partida nos entristece, lo que hacemos aquí es agradecer su vida, su obra, y la tarea que nos hereda: no olvidaremos nunca que nuestra identidad mestiza y diversa es la que nutre la búsqueda un futuro mejor, más libre, más justo y más bello. Y por todo aquello, muchas gracias querida Margot”.