18 DE FEBRERO DE 2017

[ARCHIVO] Equipo especializado de la UE: “El incendio de Chile no tiene precedentes en la historia y su impacto es de escala planetaria”

En un informe presentado a las autoridades de gobierno, el grupo especializado en emergencias de la Unión Europea que estuvo en Chile apoyando el combate al fuego, señaló que la capacidad de respuesta de Chile es la mejor que han visto en el mundo, y que este incendio marca un antes y un después en estos fenómenos a nivel global.

El grupo experto en emergencias de la Unión Europea que estuvo en Chile apoyando el combate al incendio, entregó un informe preliminar a las autoridades de Gobierno acerca de lo observado durante la catástrofe. Este equipo, llamado “Lead Emergency Management Authority (LEMA)”, es un organismo altamente especializado, perteneciente al Mecanismo Europeo de Protección Civil, e integrado por 34 países de ese continente. El grupo acude en apoyo durante emergencias en todo el mundo y llegó tempranamente al país por solicitud del Gobierno con 13 expertos internacionales en incendios.

En la presentación a las autoridades los expertos señalaron que este incendio –que consumió casi 600 mil hectáreas, y que fue controlado en solo 20 días— tiene características que lo hacen diferente a todos los incendios conocidos hasta ahora en la humanidad. Los expertos lo catalogaron como una “tormenta de fuego” y explicaron que la escala global de medición de incendios llegaba hasta la llamada “quinta generación” de incendios, el tipo más destructivo conocido. El incendio en Chile, la “tormenta de fuego”, es el primero de la llamada “sexta generación”.

Ante la magnitud de la catástrofe, los expertos señalaron que “Chile posee una de las mejores unidades de planificación y análisis de incendios del mundo”, y destacaron que los organismos de emergencia del país nunca perdieron la capacidad de anticipar hacia dónde iba el incendio. Así, por ejemplo, señalan que la acción de las autoridades impidió que el incendio de Las Máquinas y Vichuquén se unieran, lo que habría generado una situación altamente compleja. Además, señalaron que la rápida y oportuna evacuación de Santa Olga podría calificarse de “perfecta”. La acción del Gobierno evitó una mucho mayor pérdida de vidas humanas y de infraestructura. Los expertos agregaron que “en el mundo se mira a Chile con envidia en ese sentido”.

El incendio fue calificado por los especialistas como una “tormenta de fuego”, un fenómeno sin precedentes en la historia de la humanidad. Destacan que en una sola noche, del 25 al 26 de enero, el incendio consumió más de 8 mil hectáreas por hora. Comparativamente, señalaron, Francia solicitó apoyo por un incendio que quemó un total de 8 mil hectáreas. Asimismo destacan que la capacidad de España de combatir incendios casi colapsó con un incendio de tan solo 25 mil hectáreas.

Los expertos estiman que este tipo de incendios que se ven por primera vez con la “tormenta de fuego” de Chile ocurrirán en el futuro en diversos países, ya que en parte responde a fenómenos como el calentamiento global.

En el caso particular de Chile, además de la situación de calentamiento del planeta, se dieron condiciones meteorológicas extremas: las temperaturas del mes de enero de este año fueron las más altas registradas en el país, a lo que se suma una sequía que viene desde 2009 que generó una gran cantidad de material combustible, y finalmente, un fenómeno de altas presiones en el Océano Pacífico.

Los expertos calificaron su trabajo en Chile como “un aprendizaje”, ya que presenciaron un fenómeno sin precedentes. Destacaron que lo observado va a obligar a cambiar los mecanismos de prevención y combate de incendios en el mundo, lo que va a tener que ser estudiado por la comunidad experta global.

Entre las ideas preliminares consideran el uso de tecnología más sofisticada y el diseño de ciudades y de bosques diferentes, como por ejemplo a través de la creación de discontinuidades en el paisaje, que nunca antes fueron necesarias.

Al mismo tiempo expresaron que en el futuro es importante aprovechar la capacidad de respuesta instalada a nivel global, como el equipo de la Unión Europea y no instalarlas en cada país.